Pedro Pascal ha tenido un gran año (dos, de hecho) y ha protagonizado varios éxitos en la pequeña y gran pantalla. A propósito de nuestro Hollywood Issue 2024, del cual forma parte, hemos charlado con el actor chileno sobre el “rey” Pedro Almodóvar, su amistad con Willem Dafoe y su película favorita del año (en la que no ha aparecido).
Vanity Fair: Antes de trabajar con Pedro Almodóvar en Extraña forma de vida, ¿cuáles de sus películas definieron lo que hace que le guste tanto como director? ¿Qué películas suyas atrajeron su atención en un primer momento? ¿Qué significó para usted trabajar al fin con él? ¿Le ha servido la experiencia para valorar aún más su obra? ¿De qué manera?
Pedro Pascal: La primera película de Pedro que vi en el cine fue Mujeres al borde de un ataque de nervios. No me he perdido ni una desde entonces. Creo que sus películas son peligrosas (por sus tramas, uso del color, actuaciones, sentido del humor y del drama) sin requerir de ningún esfuerzo. Conocerlo tuvo dos vertientes. Fue como conocer a un rey y también como conocer a un familiar. Resultaba fácil relacionarse con él y también venerarlo. Podía hacer que te relajaras y mantenerte alerta. Le echo de menos y pienso en él a diario.
Fotografía: Landon Nordeman. Estilismo: George Cortina.
Uno de sus próximos estrenos es Gladiator 2. ¿Puede hablarnos de alguna escena que le gustó rodar especialmente y contarnos de qué manera le planteó un desafío como actor?
He formado parte de grandes rodajes en los que la propia identidad del proyecto, hasta cierto punto, se basaba en su tamaño, y aún así jamás estuve en uno tan impresionante como el de Gladiator. [El director] Ridley [Scott] deja muy poco a la imaginación en el sentido más anticuado de la expresión. Todos los actores y las piezas están ahí presentes en el día del rodaje y, de repente, se evapora aquello que cabría considerar un desafío: creerte que eres una persona poderosa en la época del Imperio romano.
¿Tiene algún ritual personal o inusual en los rodajes o alguna práctica en particular a la hora de prepararse para un papel? ¿Qué piensa de la actuación de método?
Siempre me ha resultado confuso lo que se conoce por “actuación de método”. Creo que todo el mundo tiene un método y yo admiro, incluso envidio, a quienes tienen uno más rígido que yo. Siempre es importante ser consciente del lugar en el que se está, pero a veces trastocar ese espacio puede ayudarte a conseguir algo que te sea útil para el papel. A mi juicio, cualquier cosa puede servir dentro de los límites de la decencia, y siempre estoy deseoso de aprender cosas nuevas.
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En la era del streaming, Barbie y Oppenheimer nos han recordado por qué sigue siendo de vital importancia la experiencia de acudir a las salas de cine. ¿Cuál ha sido su mejor experiencia en el cine este año? ¿Qué película vio y cómo le hizo sentir?
Este año he visto muchas películas en el cine que me han encantado, pero mi favorita ha sido Vidas pasadas. Es fácil identificarse con ella por la idea de visitar a un amor del pasado, pero para mí iba más allá. Lo que más me caló es la idea de dejar algo atrás para convertirte en la persona que quieres ser y descubrir que la persona de la que nunca tuviste la oportunidad de despedirte eres tú mismo.
¿Qué papel ha significado más para usted en su carrera, ya sea emocional o creativamente? ¿A qué personaje siente que le aportó todos sus recursos como actor? Quizá uno y otro sean distintos…
El papel que me cambió la vida fue el de Juego de tronos. Siempre reconoceré el mérito de los creadores por arriesgarse con alguien en cuyo currículum no constaba más que algunos papeles teatrales desconocidos y apariciones puntuales en televisión. Aún me asombra la oportunidad que me brindaron David Benioff, Dan Weiss y Carolyn Strauss. Sin Juego de tronos, no habría estado en Narcos, El mandaloriano ni The Last of Us.
¿Cómo se hizo amigo de Willem DaFoe? ¿Le ha enseñado algo sobre el oficio o la filosofía de la actuación que haya absorbido o que tenga muy presente?
Willem y yo trabajamos juntos en la película La gran muralla, en China. Ambos compartíamos nuestro amor por Zhang Yimou, que dirigió la cinta, y Willem había sido responsable de algunas de las actuaciones más memorables para mí y que más impacto han tenido en mi desarrollo como actor. Tiene una curiosidad y apertura infinitas, pero ante todo es inmensamente divertido y cariñoso. Puedo hablar con él de cualquier cosa.
Esta entrevista ha sido editada y condensada para mayor claridad.
Artículo original publicado por Vanity Fair US. Accede aquí.
